Despido procedente – Causas, Indemnización, Desempleo…

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El despido procedente es un tipo de despido que se da cuando el empresario extingue la relación laboral unilateralmente amparándose al derecho y dentro del marco de la ley por lo cual consideraría bajo el criterio de un juez que dicho despido es correcto.

Este tipo de despido se da en contraposición a los despidos improcedentes o bien nulos, que son los que no se ajustan a derecho como ocurre, por poner un ejemplo, con los infundados o bien discriminatorios.

¿Qué es un despido procedente?

El despido procedente es aquel que se realiza conforme a las causas y procedimientos establecidos en la legislación laboral. Se considera procedente cuando el empleador puede demostrar que existen razones válidas para terminar el contrato de trabajo, ya sean por causas objetivas (económicas, técnicas, organizativas o de producción) o por incumplimientos graves y culpables del trabajador.

Cuando un despido es declarado procedente, el trabajador no tiene derecho a recibir una indemnización por despido improcedente. Sin embargo, puede tener derecho a otras compensaciones según lo estipulado en su contrato o convenio colectivo.

Es esencial que tanto empleadores como empleados conozcan sus derechos y obligaciones en relación con el despido para garantizar que se siguen los procedimientos adecuados y se respeta la ley.

¿Cuándo es un despido procedente y no improcedente?

Para esto deben seguirse los requisitos que demande este tipo de despido, que incluyen:

  • Un periodo de consultas en el caso de despido colectivo.
  • El aviso previo por parte de la empresa, de quince días en el caso de despido objetivo.
  • La justificación del despido con arreglo al artículo cincuenta y cuatro del Estatuto de los Trabajadores si se trata de un despido disciplinario.

Además de esto, el empresario va a deber dar la carta de despido donde se expliquen los motivos de su resolución y la data de efectos.

Este documento es esencial en el momento de impugnar el despido, puesto que el empresario va a deber probar la realidad de su contenido a fin de que se declare la procedencia de su resolución.

Por otra parte, se debe dar el finiquito y, en su caso, la indemnización por despido pertinente.

Nada impide al empleado despedido asistir a la jurisdicción social para revisar que se han cumplido estos requisitos.

Va a ser un juzgado quien determine que verdaderamente se trata de un despido procedente.

¿Cuál es la diferencia entre despido improcedente, procedente o nulo en España?

La principal distinción entre un despido procedente y los despidos improcedente o nulo radica en su conformidad con la legislación laboral.

Mientras que el despido procedente respeta y cumple todos los requisitos legales, los otros dos no lo hacen.

Es esencial entender que, independientemente de la decisión inicial del empleador, será un juez o tribunal laboral quien tenga la última palabra sobre si un despido es procedente, improcedente o nulo.

Un despido procedente ocurre cuando el empleador decide finalizar el contrato laboral de un empleado basándose en causas justificadas y siguiendo todos los protocolos y formalidades establecidos por la ley.

El Paro en un despido procedente.

Cuando se enfrenta a un despido procedente, es esencial entender que, aunque no se otorga indemnización, sí se tiene derecho al finiquito y a la prestación de desempleo.

El acceso a la prestación de desempleo, comúnmente conocido como paro, no está condicionado por la naturaleza procedente o improcedente del despido.

En cualquier situación, el trabajador despedido tiene el derecho de solicitar esta prestación, siempre que cumpla con los requisitos establecidos para ello.

Es crucial tener en cuenta que, si una Sentencia judicial determina que el despido fue improcedente, y se decide readmitir al trabajador en su puesto, este deberá devolver al SEPE las cantidades percibidas en concepto de prestación desde la fecha del despido hasta su readmisión.

No obstante, la empresa está obligada a pagar al trabajador los sueldos que no recibió durante ese período (conocidos como sueldos de tramitación).

Esto, en la práctica, resulta en una compensación con la prestación de desempleo y un excedente a favor del trabajador, ya que, en general, el sueldo suele ser superior a la prestación por desempleo.

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